miércoles, 19 de noviembre de 2014

Crisis lectora.

¡Qué estrés! (Buenos días).

Hace un tiempecito que no me pasaba por aquí, tengo tantísimas cosas que hacer que no tengo tiempo para nada. Para que luego hablen de los andaluces... que si somos unos vagos o unos flojos... *¡Dioh mío de mi vidah yo no pueo má!* -Exclamó colocando el dorso de la mano sobre su frente- (Léase con su correspondiente entonación dramática).

Esta falta de horas en el día -simplemente para poder sobrevivir- me está llevando este mes a sufrir una crisis lectora "mu' grande". Y no es precisamente porque no encuentre obras que me satisfagan o me interesen, no. De hecho, tengo una lista inmensa de títulos que quiero leer. En esa lista además, hay una serie de autores que todavía no he probado. Y para colmo, estaba intentando llevar a cabo un reto con unos amigos que consistía en leerse las obras (algunos repitiendo), de Tolkien (desde el Silmallirion en adelante) y yo voy más lenta que el caballo del malo -o más bien, más lenta que el burro del malo cutre-. Normalmente, soy capaz de llevar un ritmo mayor, pero este mes... está siendo agotador, sobre todo mentalmente, y cuando llego a casa, veo los libros haciéndome ojitos, guiñándome con descaro desde mi estantería, lanzándome piropos *Ts-ts, oye guapa, ¿estás sola?, vente con nosotros... te divertirás* tratan de seducirme sin reparos ¡y yo me niego! ¿Cómo es posible? Aaaaahhh... ¡misterio! Bueno, realmente me duelen los ojos de tanto esfuerzo durante todo el día, supongo que esa es una de las claves que lo resuelven, así, a bote pronto. 

Vosotros me diréis, "pero si precisamente leer es algo que te aleja de la realidad y te permite descansar y evadirte", y sí, estoy de acuerdo, pero no sé si habréis notado alguna vez el cerebro "achicharrao", incapaz de pensar más, ni siquiera para sentarte a ver una serie tonta, y solo con la necesidad de llegar  a tu mullida cama -que en esta temporada te parece el mismísimo paraíso celestial- cerrar los ojos y dejarte llevar por la oscuridad y el sueño inmediato.

¿Que cuantos años tengo? Eh... sí, veintitrés. ¿Que entonces por qué estoy hablando como si tuviera ochenta y cinco? Bueno, el ritmo de vida, que nos arrastra y nos consume como en una vorágine huracanada sin poder remediarlo, sin poder escapar o esconderte del abismo al que te arrastra.


2 comentarios:

  1. Te entiendo perfectamente, por norma general sólo me leo dos o tres libros al mes (si tengo suerte llego al tercero). No tengo tiempo de más y si se necesita desconectar de un día de trabajo no hay que forzarse. Así que nada, lee lo que te apetezca :) ¡Ojalá termines con el estrés pronto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Ana, creo que hay veces que somos muy exigentes con nosotros mismos, y si no se puede leer más, pues no se puede y ya está. Hay que centrarse un poquito y no obligarse o sentirse culpable, que eso ya roza la obsesión (o la locura!) jajaja

      Eliminar