lunes, 10 de agosto de 2015

Los renglones torcidos de Dios. Torcuato Luca de Tena.


Los renglones torcidos de Dios

Por Torcuato Luca de Tena
Austral
439 páginas


Intrigante, conmovedora y sorprendente.

Creo que en estas tres palabras puede resumirse mi opinión con respecto a esta magnífica novela. Pero me gustaría profundizar en cada uno de esos puntos y explicar el por qué.

Intrigante.

Por la propia trama y cómo va desarrollándose a lo lago de la novela. 

Nuestra protagonista, Alice Gould de Almenara de personalidad arrolladora y altamente carismática, inteligente y elegante como ninguna otra, es internada en un manicomio a esperas de que le diagnostiquen, pues ha ingresado en el hospital debido a la recomendación del médico de familia, alegando que padece una severa paranoia que la ha llevado a intentar envenenar a su marido, aunque sin éxito. Sin embargo, Alice defenderá por el contrario su salud mental a capa y espada y asegura que su ingreso en el hospital es debido a un caso de asesinato que tiene que resolver, porque sí, Alice Gould también afirma que es una detective privada secreta.

Pues bien, a simple vista puede parecer que está claro que la señora está loca de atar, pero cuando comienzas a leer el libro únicamente te asaltarán las dudas. Se establecen dos líneas argumentales: la que defiende que Alice está loca y la que la considera cuerda. Y mientras tanto, el lector va posicionándose de un lado y del otro, asistiendo a una lucha dialéctica magistral. Pero, ¿quién tiene razón aquí? Lo sabrán al final del libro, de momento, ¡hagan sus apuestas!
"Admiro la belleza en la mujer, sobre todo cuando su exterior es como un reflejo de su interioridad"
Conmovedora.

Resulta realmente interesante el escenario donde se desarrolla la novela, en un hospital psiquiátrico, todo un universo en sí mismo. Luca de Tena ingresó por voluntad propia en uno para poder documentarse y vivir las experiencias que allí se dan en sus propias carnes. Y es gracias a esto por lo que podemos asomarnos por una tímida ventana a la intimidad de un mundo que nos resulta desconocido.

Lo que leemos acerca del funcionamiento del hospital, los personajes, sus vivencias, sus males, sus tratamientos, cómo afrontan el día a día enfermos, enfermeras, doctores... todo es real, o al menos, está basado en su propia experiencia. Asistimos a una lucha silenciosa que llevan a cabo día tras día, tanto los unos como los otros, para seguir adelante, elevando lo ordinario a la categoría de lo extraordinario. 
"(las gentes de) Las familias (...) llevaban años sin haber padecido una crisis y que si no se les devolvía a sus hogares era sencillamente por carecer de hogar y no tener parientes próximos o lejanos que quisieran hacerse cargo de la loca o del loco, aunque estuviesen harto más equilibrados que muchos que andan sueltos por las calles o que rigen desde el gobierno los destinos de las naciones".

Sorprendente. 

Como hemos dicho, habrán hecho sus apuestas al comienzo del libro, puede ser que durante el desarrollo del mismo, hayan cambiado de opinión un par de veces, como mínimo, pero he aquí el final: sorprendente, redondo y, para mi gusto, casi roza la perfección.

Espero que lo hayan disfrutado y si no, ¡adelante! Los renglones torcidos de Dios te está esperando.

Yo por mi parte me despido con esta impresionante cita que no podía dejar de compartir con vosotros:


"Recordó los versos de Jorge Manrique: 


...querer el hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.

y los recompuso de esta suerte:

No es cordura
querer hacer revivir
a aquel que quiere morir".


 

 

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