martes, 13 de octubre de 2015

Pasear. Thoreau.


Pasear

Por Henry David Thoreau
José J. de Olañeta Editor
79 páginas

"Thoureau nos propone un arte del paseo que va más allá del simple ejercicio físico para convertirse en una intensa actividad de los sentidos y del alma del hombre en profunda comunión con la Naturaleza".
Yo calificaría a esta pequeña obrita como ensayo delicioso, pero quedaría demasiado cursi y prepotente, así que omitamos que lo he dicho y digamos simplemente que me ha gustado muchísimo, sobre todo, porque estoy muy de acuerdo con -casi- la totalidad de lo que expone Thoreau en su discurso. 

El ensayo se divide en dos partes Pasear y Un paseo de invierno. Creo que la primera parte sí puede considerarse como un ensayo a la manera clásica donde el autor va exponiendo sus ideas enlazándolas unas con otras, y ya, la segunda parte tiene un matiz diferente. En esta realiza más bien descripciones de lo que sería un paseo en un día de invierno, aunque también se encuentra salpicado de reflexiones, sensaciones y sentimientos que dicho paseo le provoca.

Si tu, querido lector, te consideras amante de la naturaleza, tal vez del senderismo, incluso, por qué no, de la meditación y la sensación de "escapar" de la monotonía o el aburrimiento a través de la naturaleza (o las aventuras que esta pueda ofrecerte), este es un libro para ti. Descubrirás aquí una suerte de pensamientos y sensaciones que probablemente tu mismo hayas tenido o experimentado alguna vez y que, ¡mira por donde! otros ya le habían puesto palabras hace dos siglos. 

Thoreau expone en su obra que el pasear es realmente un arte, que no está al alcance de todos los hombres, puesto que aquel que se entrega a esta tarea, debe estar dispuesto a escapar de la rutina, de vivir una aventura diferente cada día, de hacerse uno con la naturaleza, de acercarse más a los orígenes del hombre, de ser más primitivo y por ello, más libre.
"Dadme por amigos y vecinos hombres salvajes, no hombres domesticados".
Alejándose de los convencionalismos sociales y sus imposiciones. Este ser humano debe estar dispuesto a conocerse a sí mismo de verdad, y para ello, debe estar preparado, todos somos conscientes de que no siempre es fácil alejarse de los problemas de la vida cotidiana, pero es algo básico que debemos aprender a hacer para poder eliminar lastre, crecer y evolucionar.
"En el paseo de la tarde me gustaría olvidar todas mis tareas matutinas y mis obligaciones con la sociedad. Pero a veces no puedo sacudirme fácilmente el pueblo. Me viene a la cabeza el recuerdo de alguna ocupación, y ya no estoy donde mi cuerpo, sino fuera de mí. Querría retornar a mí mismo en mis paseos. ¿Qué pinto en los bosques si estoy pensando en otras cosas? Sospecho de mí mismo, y no puedo evitar un estremecimiento, cuando me sorprendo tan enredado, incluso en lo que llamamos buenas obras… que también sucede a veces".
Un buen ensayo si buscas reflexionar o, simplemente, deleitarte con lo que otros han escrito sobre los pequeños-grandes placeres que la Naturaleza nos concede.
"Espero que seamos más imaginativos, que nuestros pensamientos sean más claros, más frescos y etéreos, como nuestro cielo; nuestros conocimientos más amplios, como nuestras praderas; nuestro intelecto, en términos generales, de una escala mayor, como nuestros truenos, nuestros relámpagos, nuestros ríos, montañas y bosques; e incluso que nuestros corazones se correspondan en amplitud, profundidad y grandeza con nuestros mares interiores". 


Pelea.

Si todo se convierte en una lucha...

Levantarse de la cama,
ir a trabajar,
ponte a estudiar,
sobrevive a tus pensamientos,
sobrevive a la gente.

Sobrevive a sus ataques, a sus ganas de humillarte,
sobrevive a sus esfuerzos por domesticarte.

Sí, todo es una lucha.
A veces, hasta seguir respirando lo es.
Tomas esa bocanada, profunda, y te duele.

Ojalá te transportara ese dolor,
que esa fuerza que emerge te salvara.
Pero al final solo la voluntad te salva,
o la adrenalina.

Lucha, dolor; lucha y dolor. Es todo.
Y no es nada.

Si todo debe convertirse en una lucha,
tiene que ser por recuperarse,
volver a inundarte de luz,
de vida.
De pensamientos salvajes,
de fuerza, de ganas.
De más ganas.

Ya has tocado fondo,
ahora,
solo queda ascender,
ascender.