Si todo se convierte en una lucha...
Levantarse de la cama,
ir a trabajar,
ponte a estudiar,
sobrevive a tus pensamientos,
sobrevive a la gente.
Sobrevive a sus ataques, a sus ganas de humillarte,
sobrevive a sus esfuerzos por domesticarte.
Sí, todo es una lucha.
A veces, hasta seguir respirando lo es.
Tomas esa bocanada, profunda, y te duele.
Ojalá te transportara ese dolor,
que esa fuerza que emerge te salvara.
Pero al final solo la voluntad te salva,
o la adrenalina.
Lucha, dolor; lucha y dolor. Es todo.
Y no es nada.
Si todo debe convertirse en una lucha,
tiene que ser por recuperarse,
volver a inundarte de luz,
de vida.
De pensamientos salvajes,
de fuerza, de ganas.
De más ganas.
Ya has tocado fondo,
ahora,
solo queda ascender,
ascender.
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